Diez Razones por las que no Apoyo a Este Gobierno - Capítulo Uno: La Farsa del Federalismo

Obviamente no vamos a decir que el matrimonio gobernante sea el causante de la agonía del federalismo, pero aun proviniendo de una provincia que ha sabido conocer de la desidia centralista de los gobiernos nacionales que los precedieron, en vez de tratar de corregirla directamente la han profundizado.

Poco les interesa que la primera norma de nuestra Constitución establezca sistema federal para su forma de gobierno. Si arrancamos mal con el primer artículo, fácil es colegir lo que sucederá con el resto de la Carta Magna.

Es poco lo que les interesa el federalismo que una de las primeras medidas de Néstor Kirchner al asumir la presidencia fue promover la creación del Ministerio de Planificación Federal, que tendiera a  “un equilibrado desarrollo geográfico regional que consolide el federalismo”. Ahora bien, cuando centralizas la planificación y la ejecución de la obra pública no estás siendo precisamente federal, sino más bien centralista, que es una manera decir unitario.

Pero ello no quedó así. 

No, no bastaba con que hubiera que ir a Buenos Aires a mendigar una ruta, un puente, una escuela. Directamente se puenteó a los gobernadores al acordar obras con los intendentes, lo que constituye un verdadero y desvergonzado sabotaje a la autoridad de los gobiernos de las provincias.

Cristina con los intendentes, profundizando un federalismo sin provincias.

Todo ello de la mano de la asfixia fiscal con que también se sometió a las administraciones, que no han podido disfrutar de la “bonanza recaudatoria” en el mismo grado que el gobierno federal, pues las capas geológicas de normas impositivas no coparticipables han llenado las arcas del tesoro nacional en detrimento de las provincias.

Así, han quedado a merced de un gobierno central que no ha dudado en repartir discrecionalmente fondos entre los gobernadores adictos o sumisos, dejando a su suerte a quienes han decidido no rendir pleitesía al matrimonio presidencial.

Esta última frase no resulta exagerada cuando se ve como esos buenos muchachos son llamados a funcionar como una patética corte de aplaudidores cada vez que a la Presidente se le ocurre hacer un anuncio.

Pues vamos, si en el medio de una reunión con tu gabinete para ver cómo llegar a fin de mes sin que se te prenda fuego la provincia tenés que salir corriendo a tomar el avión porque te llamó un pinche de Ceremonial para asistir al lanzamiento del Plan Canje de Cuchillos Eléctricos es porque tenés menos autonomía que una pila china.

La pareja presidencial tiene bien claro que, sin autosuficiencia económica, ningún estado provincial se puede despegar de la Nación y no tienen la menor intención de cambiar el status quo.

Lejos están los tiempos de la Convención Constituyente de 1994 cuando la representante por Santa Cruz Cristina Fernández se quejaba de que la relación de los impuestos coparticipables era 45% - 55% a favor del gobierno federal, cuando debía ser al revés. Hoy la Nación se lleva más del 70%, quedando menos del 30% para las provincias, al tiempo que nuestra Presidente afirma hipócritamente  que hacen federalismo en serio.

Tan en serio lo hacen que cada emprendimiento "federal" que anuncian, parte de la administración central sin consultar ni mucho menos consensuar con las provincias, las que solo les queda adherirse o no. Así tuvimos, entre otros, el Plan Federal del Bicentenario de Ganados y Carnes, el Plan Federal de Salud, el Plan Federal de Viviendas, el Plan Federal Infrestructura, el Programa Federal de Desendeudamiento y así podemos seguir un rato.

Tan federalismo en serio hacen que el porcentaje coparticipado de la masa recaudada es el más bajo desde 1983.

Tan federalismo en serio hacen que siguen avasallando las facultades no delegadas.

Tan federalismo en serio hacen que ha declarado que prefieren derogar un impuesto a coparticiparlo.

Y mientras todo esto ocurra se seguirá hiriendo de muerte al federalismo.