lunes, 20 de junio de 2011

Schoklender Propiedades

Todo comenzó con una mansión en José C. Paz, y no se sabe cómo ni cuándo va a terminar. Al inventario de bienes de Sergio Schoklender cada día le agregan un item más.

Al principio, este monotributista con su look de sacerdote del tercer mundo quiso justificarse diciendo que los había comprado con los royalties que generan sus  patentes de desarrollo de procesos. Las patentes no aparecieron... las de invención digo, porque nos encontramos con las de una Ferrari, un Porsche, un Hummer y no se cuantos vehículos más.

Autos, jets, aviones, barcos. Pensé que cantaban un tema de Serú y me estaban pasando la lista de bienes de Sergio.
Y mamá Hebe, quien antes había minimizado el hecho, de golpe comenzó a llamarlo traidor y a pedir que vaya a la cárcel "para siempre", un plazo de tiempo demasiado largo para una defraudación, sobre todo si consideramos que por matar a sus padres purgó solamente 14 años de condena. Pero bueno, quien soy yo para cuestionar sus prioridades.

Como Emmanuel Goldstein en 1984, Sergio pasó a ser el blanco de la furia oficialista. No hubo, político, ni funcionario, ni  medio en donde no le dedicaran los dos minutos de odio diarios. Una sobractuación como no se veía desde la plaza del amor y de los sueños. Era cuestión de cargarle las culpas para que no se las cargaran a ellos. El Photoshop nunca trabajó tanto como en esos días para borrar las imágenes de funcionarios y políticos que habían sido inmortalizados al lado de la ahora bestia execrable en ocasión de visitar las obradores donde se constuían las casitas.

Hoy una foto con Schoklender cotiza tanto como una con el turco cinco años atrás. Si no pregúntenle a Boudou.
¡Las casitas! Esa obra de amor financiada...con la guita de todos, así es fácil ser generoso. Bueno, podríamos hablar de generosidad si no fuera que se pagaron un poquitín caras. Pero somos mal pensados, si como Fatala dice en el precio está incluído el proyecto de inclusión social; es que sin un par de aviones, autos y casas no te podés sentirte socialmente incluido.

El pueblo puede respirar tranquilo, las cosas se están encaminando. Sergio y Pablo ya no están más en la fundación, el gobierno volvió a depositar los cheques sin cuestionar ni un centavo y las casitas se seguirán construyendo pues hay que entregarlas antes de las elecciones. No importa si las pagaron con tanto sobreprecio como para permitir adquirir bienes por sumas millonarias, la cuestión es terminarlas y seguir teniendo como cliente a mamá Hebe.

Trescientos millones de pesos es poco precio por tenerla aplaudiendo en los actos.

lunes, 13 de junio de 2011

Probando 1, 2, 3...

Estamos probando si esto de twitterfeed funciona.
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