domingo, 28 de noviembre de 2010

La paja en el ojo ajeno.

Recomendado a través de Twitter por @dariogallo y @elcarpo me encuentro con un editorial de Tiempo Argentino titulado: "Exclusivo: Cómo operan Clarín y Techint cuando nadie los ve". 

Más allá del ruido que me genera que se titule a un editorial como si fuera una nota periodística y de las sandeces propias de los medios de Spolski (que pone de resalto las "operaciones" de los no afines al gobierno mientras que calla las "operaciones" de los asiduos visitantes a la quinta de Olivos), me llamó la atención una frase puesta casi al final del artículo: "Crean desde sus empresas sólo 500 mil puestos de trabajo y les quieren explicar a 40 millones de argentinos cómo tienen que vivir."

Esta si que es nueva, para Roberto Caballero ahora el número de empleados debe ser la medida del poder en argentina. Tal vez por eso el aparato estatal crezca día a día en agentes en función de esa pretendida nueva forma de legitimación postulada por el febril editorialista.

Ahora bien, ¿Cuántas personas emplea Tiempo Argentino? ¿y El Argentino? ¿y Radio América? ¿y CN23? ¿Y Veintitrés y Debate? Desconozco el dato. Pero creería que, con toda la furia llegarán a quinientas. Entonces si fuera como este señor Caballero postula, por su propia lógica ningún medio del grupo al que pertenece debería explicarnos cómo tenemos que vivir, y vaya que lo hacen. 

Y con qué insistencia.

1 comentario:

  1. En el 2003, trabajé como caricaturista en la revista Debate, del Héctor Timerman, lo hice durante un año, la revista, de mísera tirada era bancada por Aníbal Ibarra, por entonces Jefe de la Ciudad. Un día me encargaron la caricatura de Mercedes Sosa porque le habían hecho un largo reportaje. El reportaje no salió y obvio, mi caricatura tampoco. Cuando indagué, me enteré que la causa era que en una de sus respuestas la Sosa dijo que iba a votar por Macri. Después de perder las elecciones Ibarra dejó de subvencionar la revista y todos nos quedamos sin cobrar, hasta que el héctitor hizo la gran borocotó y la revista subsiste hasta hoy, sin lectores pero con una gran pauta publicitaria oficial. Son penosamente rastreros y lo alarmante es que duren tanto, no se asfixian sin ética.
    Saludos.

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Vamos, haga catarsis que es gratis...por ahora.