sábado, 2 de marzo de 2013

El huevo de la serpiente.

No pienso participar del debate de la "democratización" de la justicia pues eso es lo que precisamente el neoprogresismo desea que hagas, que admitas que hay cuestiones que deben ser debatidas.
Si bien es cierto que el funcionamiento de la justicia necesitaría un amplio replanteo, no menos cierto es que poco y nada de eso le interesa al neoprogresismo. Plantea el debate como una forma de legitimación de su aspiración de control total. Así, mientras creemos que estamos participando del cambio solo terminamos siendo cómplices de una nueva avanzada sobre un poder del estado.
Ya pasó con la reforma electoral, en la que pagaron caro su ingenua colaboración los partidos pequeños cuando mediante el veto el ejecutivo los condenó a la desaparición electoral. Ni que decir de los demás partidos. Ahí están, ahí siguen las listas sábanas, las candidaturas testimoniales, se cambió todo para que nada cambiara.
Ya pasó con la ley de medios, ese gigantesco, pretencioso e inútil cuerpo normativo creado con el solo fin de atacar a un grupo empresario.
Ya pasó con la reforma del sistema jubilatorio, y la épica del relato en función del saqueo al ANSeS.
Ya pasó con tantas normas que no terminaría de mencionarlas.
No pienso participar del debate, no quiero ser partícipe de un nuevo atropello a la república.
Es hora de dejar de incubar el huevo de la serpiente.
Es hora de comenzar a resistir.
A resistir en serio.